Con la conquista y colonización de la isla, los españoles
empezaron a importar grandes contingentes de esclavos africanos para sustituir
a la mano de obra nativa que, muy mermada por las guerras, brutales condiciones
de trabajo y epidemias habia perdido proximadamente un 80 o 90% de la población
durante solo el primer siglo de conquista. En 1501, los monarcas españoles,
Fernando e Isabel, concedieron el primer permiso a los colonizadores del Caribe
para importar esclavos africanos, los cuales comenzaron a llegar a la isla en
1503. Luego con la introducción de la caña de azucar, y el primer ingenio
azucarero establecido en 1516, la necesidad de una mano de obra para satisfacer
la creciente demanda del cultivo de esta caña condujo a un exponencial aumento
de la importación de esclavos en las dos décadas siguientes.
Hasta 1654 los españoles solo tenían un control permanente de
la zona sureste de la isla, dejando un amplio sector del centro y el norte de
la isla, regiones muy montañosas, como lugares donde africanos y tainos,
esclavos en las plantaciones, pudieran fugarse. Tanto en las plantaciones como
en los pueblos aislados de fugados se producirá un fuerte mestizaje entre
indígenas y africanos y también europeos. De este mestizaje junto al dominio
social, cultural y económico del elemento europeo se constituirá la base de la
identidad nacional de los dominicanos. Para 1777 se estima que la población de
la colonia era de 400.000 personas, de los cuales 100.000 eran europeos y
criollos, 60.000 africanos, 100.000 mestizos, 60.000 zambos y 100.000 mulatos.
La esclavitud fue una institución social que existió en toda
América. En la provincia española de Santo Domingo los esclavos nunca fueron la
mayoría de la población, en su tiempo de mayor apogeo solo 2 de cada 10
personas eran esclavas y de los 8 restantes, 4 eran blancos y 4 eran gente de
color libres, en esencia mulatos, evidenciando que no solo la mayoría de la
población vivía en libertad, sino también, que la mayoría de los blancos no
eran esclavistas y la mayoría de la gente de color eran libres.
Otro aspecto de la esclavitud se debe a que la mayoría
laboraban en hatos ganaderos y en servicios domésticos, la naturaleza de estos
labores hizo que los esclavos recibieran un trato mucho más humano comparado a
los esclavos en otras colonias. Según Sánchez Valverde, para 1785 los esclavos
se pasaban la mayor parte del año atendiendo sus propios conucos y trabajando
como jornaleros para su sustento, ya que sus amos no podían costearse todo el
costo para mantenerlos. La comida del amo y del esclavo era la misma, lo que
hacía del esclavo de Santo Domingo, uno de los mejores alimentados. Esa
combinación de pobreza, trato más humano e igualdad en la comida, hizo que en
Santo Domingo los esclavos vivieran hasta la vejéz y no se requería
importaciones constantes ni cuantiosas de esclavos nuevos. También ayudó mucho
en mengüar los prejuicios, dando lugar a una creciente población mulata y
libre, que con el tiempo se convertiría en la mayoría de la población
dominicana.
La abolición definitiva de la esclavitud se efectuó en 1822,
durante la ocupación haitiana del territorio dominicano.
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